martes, 27 de septiembre de 2011

Scenes from a memory (1999), alcanzando la eternidad



AÑO: 1999
ESTILO: Metal progresivo


Año del Señor 1999. Han pasado dos años de la publicación de 'Falling into infinity', quizás el disco menos personal hasta la fecha de Dream Theater. Un trabajo concebido bajo la presión de la discográfica y con tecladista nuevo tras la ruptura de Kevin Moore con la banda neoyorquina. Después de dos discos estelares que practicamente reinventaron y revitalizaron un género moribundo (Awake e Images and words), Falling into inifinity supuso una decepción para muchos. Una tesitura complicada, a lo que hay que añadir otro cambio en el grupo: Jordan Ruddess por Derek Sherinian a las teclas. Y sin duda esta incorporación es una de las claves de la gestación de Metropolis pt. 2: Scenes from a memory; o lo que es lo mismo: una obra maestra atemporal.

Scenes from a memory es un álbum conceptual, que narra una única historia mediante canciones que actúan como 'escenas' y se unen perfectamente entre sí formando un todo, un conjunto complejo que nos va destapando una trama densa como si de una película se tratara. Los temas tratados en dicha historia van desde el amor hasta la muerte o la reencarnación y su ritmo es fluído y sorprendente hasta el final. No solo cuenta el aspecto puramente musical a la hora de evaluar un disco; en este caso el caracter conceptual y la dificultad de crear una historia a partir de la música, son factores que elevan todavía más la grandeza del trabajo.

En lo que a música se refiere, Scenes from a memory también supera cualquier expectativa. Virtuosismo a la par que sentimiento es quizás una buena y resumida descripción de lo que ofrece este disco. Dream Theater consiguió fusionar la destreza y el talento instrumental con el sentimiento y la emotividad que solo la música bien hecha puede ofrecer. Algo posible gracias a la versatilidad de Petrucci, que pasa de atronadores riffs a delicados solos llenos de feeling como si nada; o al inmenso talento de Rudess, que en su debut en Dream Theater ofrece quizás su mejor trabajo, alcanzando unas cotas de creatividad y genialidad impresionantes; o a James Labrie, vilipendiado muchas veces, pero que aquí deja su listón más alto y lo borda en todo momento, demostrando una variedad de registros que ya no volvimos a escuchar. Y que decir de Myung o Portnoy... Solo semejante 'alineación' podía hacer posible algo tan grande como este disco.

Disco que hay que entender como un 'todo', practicamente como una sola canción de 77 minutos; pero que bien podemos separar en escenas para destacar algunas:

-Regression y Overture 1928: Una sesión de regresión hipnótica abre el disco, con una cuenta atrás muy acertada, que se enlaza con la música. A partir de ahí, una impresionante instrumental avisa de que algo grande se avecina. Perfecta para ir abriendo boca.

-Strange Deja-vu: No hay pausas, ni momentos de respiro; aún suena el eco de la instrumental cuando empieza la siguiente escena. Dura y por momentos pesada, de ritmo cambiante, creando diferentes atmósferas mediante los cambios de tempo. Petrucci y Myung protagonistas; tremendos riffs.

-Fatal tragedy: Descomunal. Tema que va subiendo de intensidad hasta estallar en un clímax instrumental en el que Petrucci y Rudess hacen lo que les da la gana. Un tema al alcance de muy pocos.

-Through her eyes: Como hemos dicho antes, también hay sitio para la sensibilidad y el sentimiento. Balada triste, con un gran LaBrie, muy bien acompañado por piano, acústicas y el suave punteo de Petrucci, que demuestra una vez más, que no solo vive de velocidad y técnica.

-Home: Este pasa por ser directamente uno de los mejores temas progresivos de la historia. Casi trece minutos de auténtico derroche de genialidad en todos los aspectos. De ritmo casi hipnótico, la complejidad estructural del tema le viene como anillo al dedo a la historia y su desarrollo.

-The dance of eternity: La instrumental de instrumentales. Sin duda aquí el destacado es Jordan Rudess, que se atreve con todo en este tema de ritmo frenético. No hay palabras para describirlo.

-The spirit carries on: Una de las mejores baladas de Dream Theater. Sublime LaBrie en este tema de aroma claramente pinkfloydiano, muy bien acompañado por una voz femenina, y rematado con dos solos espectaculares de Petrucci, que servirían para definir lo que es feeling a la hora de tocar una guitarra. Inmensa; una canción para la posteridad.

Si el disco acabara aquí, ya sería inmenso, pero todavía queda Finally free, otro de los temas largos, al nivel del resto, y que sin duda es el broche de oro y el mejor final posible para la mejor de las historias. Pocos discos pueden presumir de un contenido tan denso y maravilloso al mismo tiempo como este Scenes from a memory. El cénit creativo de un grupo especial; una de esas maravillas que a veces nos regala el ser humano, arte en estado puro, que envuelve los sentidos y toca el alma. Uno de los mejores discos que se han hecho.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Oceanborn (1998), clásico instantáneo



AÑO: 1998
ESTILO: Power/Symphonic Metal

Oscuro, pero bello. Potente, pero sensible. Original, maravilloso, sublime... Pocos discos pueden presumir de merecer esa ristra de calificativos. Oceanborn es uno de ellos, y seguramente me haya quedado corto con esos adjetivos. Hay discos que son impecables, bien ejecutados en todos los aspectos, pero te encuentras muchos a su nivel... les falta algo para destacar. Y después están los discos como Oceanborn; imperecederos, influyentes como pocos y especiales.

En 1998, el grupo finlandés Nightwish, que venía de debutar con un buen album, sorprendió a propios y extraños con esta obra maestra, salida directamente del talento compositivo de Tuomas Holopainen, padre fundador de la banda y autor intelectual de Oceanborn. La inspiración y la genialidad del tecladista del grupo, unido a una Tarja Turunan en quizás su mejor momento, justifican la grandeza del trabajo que nos ocupa. Una Tarja que grabaría el disco con apenas 21 años, dando una auténtica exhibición vocal en todos los sentidos, y adaptándose perfectamente con su voz de soprano al power metal de Nightwish. No hay palabras para describir el trabajo de Tarja en Oceanborn; ni un angel cantaría mejor... una verdadera Diosa que practicamente creó junto a Tuomas un estilo dentro del metal.

Los teclados, y también a veces los sintetizadores, cobran gran importancia en practicamente todos los temas del disco, y unidos a unas guitarras potentes y afiladas, crean un sonido característico y pasajes instrumentales maravillosos, que junto con la voz de Tarja, forman un conglomerado de oro y diamantes. Un producto además, con una producción espectacular, como no podía ser de otra forma. El disco suena potente y a pesar de la saturación instrumental en algunos momentos, todo está en su sitio y no le sobra ni le falta nada.

Describir cada tema del album sería tarea harto complicada, pues faltarían calificativos para ello, pero al menos, y teniendo en cuenta que el disco es redondo y todos los temas son sobresalientes, vamos a destacar unos cuantos:

-Stargazers: Comienzo atronador y trepidante que ya avisa de que estamos ante algo grande; pero grande de verdad. Tarja lo confirma, voz celestial que encaja perfectamente con el decorado instrumental. Voz operística y metal fusionándose a la perfección; lo nunca visto.

-Gethsemane: Los teclados, grandes protagonistas de esta canción, creando melodías mágicas. Tarja por su parte, respaldada certeramente por un coro de voces femeninas, que da todavía más melodía al tema.

-Devil and the Deep Dark ocean: Brutal. Tuomas y Tarja a las voces, en un tema de corte muy duro, con guitarras atronadoras que acompañadas por teclas muy bien elegidas, crean una atmósfera oscura, que va subiendo de intensidad hasta estallar en un clímax con riffs y exhibición de registros y sentimiento interpretativo de Tarja.

-Sacrament of Wilderness: Genial comienzo instrumental para este tema muy powermetalero. Maravillosas voces de nuevo.

-Swanheart: Emotiva balada con violines incluídos y con otro despliegue de talento, técnica y sentimiento de Tarja. Puede parecer repetitivo incidir tanto en el trabajo a las voces de la soprano finlandesa, pero incluso me estoy quedando corto. Simplemente estelar.

-Moondance: Espectacular tema instrumental en el que la banda demuestra su buen hacer. Inicio lento con flauta incluída, y una segunda parte mucho más veloz, a ritmo folk y de melodías tremendamente pegadizas.

- The Pharaoh Sails to Orion: Quizás el mejor tema del disco. Y claro... eso es mucho decir. Épica, colosal, apoteósica. Más de 6 minutos en los que las melodías árabes muy bien buscadas marcan un ritmo que se acelera hasta degenerar en un final trepidante, en el que Tarja directamente deslumbra y deja el listón por las nubes. Casi imposible de superar.

Dicen que el calificativo de 'obra maestra' se utiliza en demasía y exageradamente en muchos casos. Bien, es muy probable que así sea; pero aquí creo que está sobradamente justificada su utilización. Sea cual sea la definición de 'obra maestra', y sean cuales sean los aspectos y características buscados para llegar a tal calificación... Oceanborn los cumple de sobra. Elegante, oscuro, original, perfectamente ejecutado instrumentalmente, a las voces, en lo que a producción y líricas se refiere... El segundo trabajo de Nightwish no tiene fisuras. Al contrario; cada detalle y cada segundo del mismo es arte en estado puro. Obra maestra sin paliativos.


lunes, 12 de septiembre de 2011

Psicosis (1960)


Una joven secretaria, tras cometer un robo en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño motel de carretera regentado por un tímido joven llamado Norman. Todo parece normal y tranquilo tanto en el apartado motel como en la casa de al lado en la que viven Norman y su madre, pero las cosas no son lo que parecen.


País: USA
Director: Alfred Hitchcock

Más de 50 años han pasado desde que se estrenara Psicosis, y todavía hoy consigue estremecer y angustiar a quién la ve; se habrán podido hacer muchas películas buscando la provocación del miedo y el terror, pero muy pocas consiguen el efecto que consiguió Hitchcock con Psicosis. En esta película, más que nunca, el maestro del suspense juega con el espectador, llevándole por diferentes estados de ánimo y de tensión mediante pequeños pero significativos detalles, como puedan ser un plano en planta gracias a un movimiento de cámara en grúa o un diálogo al parecer intrascendente, que solo se escucha, pero del que no podemos ver sus protagonistas. Seguramente detallar más ciertos aspectos de la película, ayude a destapar su trama, lo que es todo un inconveniente para aquellos afortunados que aún no la hayan visto, pero que a pesar de ello, y debido a la universal fama del film, lo más probable es que conozcan alguna escena del mismo.

Porque Psicosis es sin duda una de las películas de terror más conocidas de la historia, y una de las más influyentes y significativas también, pues desde su estreno, todo un acontecimiento e impacto en su día, han sido miles las que se han visto influenciadas de una u otra manera por ella. Pocos son los que no conocen la escena de la ducha, todo un logro cinematográfico, que presenta entre 71 y 78 ángulos (el número exacto se desconoce) de cámara y que transcurre en 3 minutos e incluye 50 planos, buscando la mayor subjetividad y detallismo posible. Esta escena, es solo una de las muestras del clima y la atmósfera de tensión y miedo en las que está envuelta Psicosis, gracias a una inmortal banda sonora que incluye la pieza para cuerdas creada por el compositor Bernard Herrmann, y por supuesto, el perfeccionismo de Hitchcock. A destacar también la cuidada fotografía en blanco y negro, y la elección de lugares y escenarios en los que transcurre la historia, desde la carretera de la gran escena del policía, hasta el famoso motel Bates.

La dirección, magistral, consigue contar una historia original que engancha al público desde su comienzo, gracias a inesperados giros de guión a través de los cuales, Hitchcock juega con el público y sus reacciones. En lo que a interpretaciones se refiere, a destacar la de Anthony Perkins, sensacional en un papel nada fácil; y también la de Janet Leigh, que consigue expresar el miedo y la tensión a la perfección.

En definitiva, una rotunda obra maestra del suspense y el terror. Se podría hablar largo y tendido de sus muchas escenas y momentos míticos, pero eso sería destripar una película que ya es difícil ver por primera vez sin saber detalles esenciales de su trama; y su gracia reside en eso: su trama original, llena de giros inesperados, y un final absolutamente espectacular a la par que sorprendente. Una obra de arte inmortal.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Pride of Lions (2003), una bocanada de aire fresco para el AOR



AÑO: 2003
ESTILO: AOR

El mérito de Jim Peterik y Toby Hitchcock al publicar este proyecto de AOR, no solo reside en su calidad y buen hacer. También hay que valorar lo que un disco como este supone para un estilo que lleva casi veinte años moribundo. Si el AOR aún vive, es gracias a discos como el debut de Pride of Lions. Porque podrán salir más discos cada año, pero muy pocos de una calidad y renovación del género que les hagan dignos de estar al mismo nivel que los grandes clásicos. Y este sin duda, es uno de ellos.

Jim Peterik, fantástico compositor (su trabajo en Survivor le respalda sobradamente), y Toby Hitchcock (todo un nuevo descubrimiento gracias a este trabajo) lo bordan y ofrecen un trabajo redondo, elegante; temas que reúnen todo lo que se le puede pedir al AOR, y que recuerdan a los más grandes del estilo... influencias que van desde Survivor (como no...) a Toto, pasando por Journey o Foreigner. Teclados protagonistas, y la melódica voz de Toby, hacen posible ese sonido tan conseguido, que inevitablemente nos recuerda épocas mejores.

'It's criminal', 'Gone', 'Sound of home'... pocos discos de AOR de este siglo pueden presumir de temas como estos, llenos de melodía pero también de fuerza al mismo tiempo. Por supuesto no puede faltar el tema teclero lleno de vitalidad: ''Turn to me''. La totalmente 'Totiana' ''Love is on the rocks'', o la inspiradísima ''Music and me'', completan una selección de grandes canciones que hacen de este un disco casi perfecto. Las baladas, como no podía ser de otra forma, lo bordan: ''Interrupted melody'' y sobretodo la estremecedora ''The last safe place'', con una interpretación sublime de Toby Hitchcock.

Un disco imprescindible dentro del rock melódico, con grandes voces, sobresalientes arreglos y una instrumentación y producción de primera. Uno de los últimos grandes clásicos del género.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Senderos de gloria (1957)


En la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esta misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados.


País: USA
Director: Stanley Kubrick


''El patriotismo es el último refugio de los canallas''. Esa es una de las frases de Kirk Douglas en Senderos de gloria; parafraseando a Samuel Johnson, así contesta a su superior ante su lamentable indiferencia sobre las muertes de sus soldados. Y es que Paths of glory no deja títere con cabeza, y por eso no se permitió su estreno en varios países hasta algunos años después de su publicación.

La película es todo un alegato antibelicista, y Kubrick no se corta un pelo. La crítica a la deshumanización en las guerras por conseguir simples objetivos materiales, y la bajeza en todos los aspectos de la que hace gala en escenarios bélicos el género humano, son los principales temas de conflicto del film. Pero se pueden extraer más reflexiones de Senderos de gloria, y no solo referentes a las guerras, si no a la sociedad en general; al materialismo, a la corrupción, al poco valor que tienen los ciudadanos 'de a pie'; como los soldados rasos de la película, meros peones en un sistema cada vez más deshumanizado y frío. En ese aspecto, la labor de Kubrick es impecable.

Y en el técnico igual, como siempre. Sobresaliente fotografía, planos para el recuerdo, y unas escenas bélicas muy conseguidas gracias a unos escenarios que recrean muy bien las trincheras y la 'tierra de nadie' de la Gran Guerra. Aunque estas escenas son lo de menos, pues la intención de Kubrick es mostrarnos otra cara de la guerra, no solo la del campo de batalla, porque a veces los enemigos también están en el mismo bando.

Las interpretaciones son excelentes; todas sin excepción. Y por encima del resto, un Kirk Douglas colosal, que se interesó e intercedió por el guión, facilitando que se llevara a cabo. Protagonista absoluto, consigue expresar y contagiar la decepción y tristeza ante lo que ve, y para su desgracia, no está en su mano cambiar. Una película en mayúsculas; cine de verdad.

Solo ante el peligro (1952)



Will Kane (Gary Cooper), sheriff del pequeño pueblo de Hadleyville, acaba de contraer matrimonio con la joven Amy (Grace Kelly). Los recién casados proyectan trasladarse a la ciudad y abrir un pequeño negocio. De pronto, empieza a correr por el pueblo la noticia de que el malvado Frank Miller (Ian MacDonald), un criminal que Kane había atrapado y llevado ante la justicia, ha salido de la cárcel y llegará al pueblo en el tren del mediodía para vengarse de Kane. El tiempo va pasando lentamente, pero nadie en el pueblo está dispuesto a ayudar al sheriff.

País: USA
Director: Fred Zinnemann


Clásico del western americano. Sin duda si por algo destaca 'High Noon' es por su desarrollo en tiempo real. Y esto, junto a la gran dirección de Zinnemann y el inmenso hacer de Carl Foreman con un guión redondo que dosifica y desarrolla la acción descubriendo paulatinamente las circunstancias de los protagonistas, las relaciones entre ellos, para explicar por qué y cómo reacciona cada cual ante lo que se avecina, hace que la historia atrape desde el primer momento.

Grandiosa interpretación de Gary Cooper, que con cada gesto comunica perfectamente los sentimientos contenidos y la tensión que se respira en el film. Tensión muy lograda gracias a una buena banda sonora, una fotografía excelente y el uso de la cuenta atrás hasta las 12 para darle más emoción a la trama. Grace Kelly comparte protagonismo con Cooper, con el mismo resultado en su actuación: excelente.

Una película atemporal, emocionante, y que gracias a los elementos antes mencionados y su corta duración (84 minutos) conseguirá que el espectador mantenga el aliento y la tensión hasta la llegada del tren a las 12. A partir de ahí... todo lo que un buen western puede ofrecer.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Barry Lyndon (1975)

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Siglo XVIII. El joven Redmond Barry, huérfano de padre, se ha enamorado de su prima, a la que también pretende el Capitán John Quin. Después de enfrentarse en un duelo del que Redmond resulta vencedor, éste se marcha a Dublín. Decide alistarse en el ejército inglés, donde empieza a desarrollar su enorme habilidad para sobrevivir. Estando en Alemania, se le presenta la posibilidad de desertar, pero es capturado por el Capitán Potzdorf, un oficial prusiano que le ofrece la posibilidad de unirse a sus tropas o ser colgado por desertor. Una vez en el ejército prusiano, tiene la fortuna de salvarle la vida al Capitán Potzdorf, lo que le abre las puertas del servicio secreto prusiano.


País: Reino Unido
Director: Stanley Kubrick


Barry Lyndon surgió de los deseos de Kubrick de hacer una película ambientada alrededor del siglo XVIII. En realidad, Kubrick tenía planeada una cinta sobre Napoléon, personaje del cual el director era fanático. Pero por problemas financieros de la MGM no lo pudo llevar a cabo. Años más tarde se le presentó la oportunidad de hacer una película de aquella época, y la novela elegida fue "Memorias de Barry Lyndon, Esquire" publicada en su forma definitiva en 1856. Kubrick quería hacer una película que a su vez fuera una especie de 'documental' del fascinante siglo XVIII, más concretamente en su segunda mitad. Y vaya si lo consiguió.

La película fue uno de los fracasos comerciales del famoso director. Y a día de hoy, se la recuerda poco en comparación a otras obras de Kubrick ('El resplandor', 'La naranja mecánica', 'Senderos de gloria' etc.)... pero esto no quita que Barry Lyndon sea una película grandiosa y especial. Una verdadera obra maestra, perfecta técnicamente; dirigida de forma excepcional y con un complejo y atrapante guión, que nos lleva a través de la vida del protagonista, un antihéroe, del que el espectador va conociendo sus defectos, sus miedos, sus ambiciones, su debilidad. Porque Barry no es más que otro hombre intentando sobrevivir y alcanzar sus metas, en una época difícil y muy revuelta. Una segunda mitad de siglo XVIII representada con tal cuidado y detalle, que Kubrick consigue de verdad su objetivo de hacer a la vez una especie de documental. Un vestuario increíble, que le valió un oscar, y unos escenarios muy bien elegidos y decorados.

Sin duda si por algo destaca Barry Lyndon es por el trabajo en cuanto a fotografía se refiere. Otro oscar más que merecido, pues cuenta con una de las mejores fotografías de la historia. Con luz natural en todo momento, y unas lentes especiales diseñadas por la NASA, totalmente novedosas en su día, el resultado es mágico; y esto, unido a los bellos paisajes en los que transcurre la historia, hacen que practicamente cada escena sea una obra de arte en sí misma.

Ryan O'Neal, sin ser un gran actor, hace un más que digno papel, y encaja muy bien con el personaje que interpreta, a pesar de que Kubrick no lo quería como protagonista y practicamente le fue impuesto. Marisa Berenson también lo borda, y su belleza es resaltada con el vestuario y maquillaje de la época, elegante a la vez que suntuoso. Otro punto a favor de la película es su maravillosa banda sonora. Encabezada por la majestuosa Sarabanda de Haëndel, cuenta con preciosas composiciones de Schubert o Vivaldi entre otros, que engrandecen aún más cada escena, magnificando su dramatismo.

Admirable y emocionante, hermosa y triste. Pocas veces tres horas de película se hicieron tan cortas. A pesar de no ser tan recordada como otras obras de Kubrick, es una de sus mejores películas; más que una obra maestra, Barry Lyndon es una verdadera obra de arte.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La ventana indiscreta (1954)



Un reportero fotográfico (Stewart) se ve obligado a permanecer en reposo con una pierna escayolada. A pesar de la compañía de su bella novia (Kelly) y su enfermera (Ritter), procura escapar al tedio de su convalecencia mirando desde la ventana de su apartamento las viviendas de enfrente. Desde allí, observa meticulosamente la vida de sus vecinos a través de unos prismáticos. Un conjunto de pequeños pero extraños incidentes lo llevan a sospechar de un vecino cuya mujer ha desaparecido misteriosamente.


País: USA
Director: Alfred Hitchcock

La ventana indiscreta, no solo cuenta con una historia en la que el suspense aumenta conforme pasan los minutos. También es toda una lección magistral de como hacer buen cine, sin cambiar de escenario, y con un patio como único e integrante paisaje. Con planos detalle muy bien elegidos, Hitchcock coloca al espectador en la posición del protagonista, y lo único que vemos, es al propio protagonista, y lo que éste capta con sus prismáticos, o con la lente de aumento de su cámara.

La originalidad de la historia, permite que, a pesar de no cambiar nunca de escenario, la película no se haga lenta o aburrida en ningún momento. Eso, y por supuesto el buen hacer del reparto, especialmente del protagonista absoluto, James Stewart, y una muy elegante Grace Kelly, cuya sola presencia magnifica cualquier escena.

Hitchcock a través de esta enigmática ventana nos deja ver al ser humano con sus debilidades, miedos, soledad; tratando temas como la convivencia o la privacidad ante miradas indiscretas, nunca mejor dicho, aspectos que podemos encontrar en cualquier comunidad de vecinos, en cualquier calle. Y por supuesto, recurre al suspense y a las emociones que le brinda la situación del protagonista (y a la vez del espectador): morbosidad, impotencia, incomprensión...

Quizás se le pueda buscar algún que otro fallo, pero en general, la película atrapa desde los primeros instantes y consigue crear una trama llena de tensión y misterio, con algunos toques de humor y romanticismo, que la convierten en otra gran película de Hitch.