viernes, 2 de septiembre de 2011

La ventana indiscreta (1954)



Un reportero fotográfico (Stewart) se ve obligado a permanecer en reposo con una pierna escayolada. A pesar de la compañía de su bella novia (Kelly) y su enfermera (Ritter), procura escapar al tedio de su convalecencia mirando desde la ventana de su apartamento las viviendas de enfrente. Desde allí, observa meticulosamente la vida de sus vecinos a través de unos prismáticos. Un conjunto de pequeños pero extraños incidentes lo llevan a sospechar de un vecino cuya mujer ha desaparecido misteriosamente.


País: USA
Director: Alfred Hitchcock

La ventana indiscreta, no solo cuenta con una historia en la que el suspense aumenta conforme pasan los minutos. También es toda una lección magistral de como hacer buen cine, sin cambiar de escenario, y con un patio como único e integrante paisaje. Con planos detalle muy bien elegidos, Hitchcock coloca al espectador en la posición del protagonista, y lo único que vemos, es al propio protagonista, y lo que éste capta con sus prismáticos, o con la lente de aumento de su cámara.

La originalidad de la historia, permite que, a pesar de no cambiar nunca de escenario, la película no se haga lenta o aburrida en ningún momento. Eso, y por supuesto el buen hacer del reparto, especialmente del protagonista absoluto, James Stewart, y una muy elegante Grace Kelly, cuya sola presencia magnifica cualquier escena.

Hitchcock a través de esta enigmática ventana nos deja ver al ser humano con sus debilidades, miedos, soledad; tratando temas como la convivencia o la privacidad ante miradas indiscretas, nunca mejor dicho, aspectos que podemos encontrar en cualquier comunidad de vecinos, en cualquier calle. Y por supuesto, recurre al suspense y a las emociones que le brinda la situación del protagonista (y a la vez del espectador): morbosidad, impotencia, incomprensión...

Quizás se le pueda buscar algún que otro fallo, pero en general, la película atrapa desde los primeros instantes y consigue crear una trama llena de tensión y misterio, con algunos toques de humor y romanticismo, que la convierten en otra gran película de Hitch.

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