jueves, 8 de septiembre de 2011

Senderos de gloria (1957)


En la Francia de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, el general Boulard ordena la conquista de una inexpugnable posición alemana y encarga esta misión al ambicioso general Mireau. El encargado de dirigir el ataque será el coronel Dax. La toma de la colina resulta un infierno, y el regimiento emprende la retirada hacia las trincheras. El alto mando militar, irritado por la derrota, decide imponer al regimiento un terrible castigo que sirva de ejemplo a los demás soldados.


País: USA
Director: Stanley Kubrick


''El patriotismo es el último refugio de los canallas''. Esa es una de las frases de Kirk Douglas en Senderos de gloria; parafraseando a Samuel Johnson, así contesta a su superior ante su lamentable indiferencia sobre las muertes de sus soldados. Y es que Paths of glory no deja títere con cabeza, y por eso no se permitió su estreno en varios países hasta algunos años después de su publicación.

La película es todo un alegato antibelicista, y Kubrick no se corta un pelo. La crítica a la deshumanización en las guerras por conseguir simples objetivos materiales, y la bajeza en todos los aspectos de la que hace gala en escenarios bélicos el género humano, son los principales temas de conflicto del film. Pero se pueden extraer más reflexiones de Senderos de gloria, y no solo referentes a las guerras, si no a la sociedad en general; al materialismo, a la corrupción, al poco valor que tienen los ciudadanos 'de a pie'; como los soldados rasos de la película, meros peones en un sistema cada vez más deshumanizado y frío. En ese aspecto, la labor de Kubrick es impecable.

Y en el técnico igual, como siempre. Sobresaliente fotografía, planos para el recuerdo, y unas escenas bélicas muy conseguidas gracias a unos escenarios que recrean muy bien las trincheras y la 'tierra de nadie' de la Gran Guerra. Aunque estas escenas son lo de menos, pues la intención de Kubrick es mostrarnos otra cara de la guerra, no solo la del campo de batalla, porque a veces los enemigos también están en el mismo bando.

Las interpretaciones son excelentes; todas sin excepción. Y por encima del resto, un Kirk Douglas colosal, que se interesó e intercedió por el guión, facilitando que se llevara a cabo. Protagonista absoluto, consigue expresar y contagiar la decepción y tristeza ante lo que ve, y para su desgracia, no está en su mano cambiar. Una película en mayúsculas; cine de verdad.

2 comentarios:

  1. Demasiado buena, con algunas de las escenas más emotivas que recuerdo: las ejecuciones, y ese final que te saca las lágrimas sin que te de tiempo a intentar pararlas.

    Una de las grandes películas de la historia.

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  2. Totalmente de acuerdo Edgar. La escena final es sublime... Muy buen gusto cinematográfico el tuyo :D

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