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domingo, 25 de diciembre de 2011

DARE - Out of the silence (1988)



Pocos discos alcanzan el nivel de obra de culto, como este. Muy pocos. Los Dare de Darren Wharton debutaron a lo grande, directamente con uno de los mejores discos de AOR de la historia, si no el mejor; y en la música en general, dejando fuera etiquetas y estilos, Out of the silence también merece un lugar especial. Siendo el AOR un estilo más bien underground, la calidad de este trabajo, trasciende más allá del rock melódico, y es reconocida por cualquiera que sepa apreciar y reconocer un disco especial, mágico, irrepetible. La banda galesa del ex-tecladista de thin Lizzy, voló tan alto con este disco, que nadie ha conseguido alcanzar esas cotas de grandeza e inspiración. Cada nota es un compendio de sentimiento, melodía, ilusión; si la perfección existe, este disco sin duda sería el mejor ejemplo.

Imposible destacar una u otra canción; las diez que forman Out of the silence son inmaculadas y transmiten a lo grande lo que el AOR y la melodía en el rock han de ser. Ahí quedan para la eternidad temazos del calibre de Abandon, Heartbreaker o Runaway, cuya carga melódica no les quita un ápice de caracter y espíritu rockero. Raindance es el clímax de la originalidad en este disco; Nothing is stronger than love es tan bella como atemporal, y King of spades toca el corazón de cualquiera. Una obra maestra indiscutible.


ALIEN - S/T (1988)



La portada echa para atrás que no veas. Pero menudo discazo. AOR sueco de primer nivel, y sin duda uno de los mejores trabajos melódicos salidos de tierras escandinavas. AOR elegante, pero a la vez no exento de fuerza. Así lo atestigua ''Tears don't put out the fire'', todo un himno. ''Jamie remember'', ''Brave new world'', ''Touch my fire''... siguen un patrón claramente delimitado por la búsqueda de la melodía, los estribillos y las teclas. Jim Jidhed lo clava a las voces, con un registro y tono ideal para el estilo. ''Only one woman'' es la gran balada del album, que por supuesto, no podía faltar. El debut de Alien es sin duda un imprescindible clásico aorero.


domingo, 9 de octubre de 2011

The seventh one (1988), rock de traje y corbata




AÑO: 1988
ESTILO: AOR

Toda introducción que pueda hacer se quedara corta, pues al hablar de Toto, hablamos de uno de los grupos más grandes, no solo de los 80's, sino de la historia. Con una discografía majestuosa y enormes hits que han calado tanto entre sus fans como entre el público desvinculado del rock en general, el legado de este grupo es impagable e incuestionable, en el AOR y en la música en general, pues se han atrevido con estilos que van desde el progresivo hasta, por momentos, el jazz o el hard rock. Y es que cualquier amante de la buena música que se precie debería tener en su discografía las obras maestras de Toto, entre las que se encuentra el disco que nos ocupa: The seventh one. Toda una lección de clase y elegancia en el rock. Y es que si se juntan genios de la talla de Jeff Porcaro (batería), Steve Lukather (guitarras) o David Paisch (teclados) con la voz tocada por la gracia divina de Joseph Williams, el resultado puede ser de auténtico lujo.

''Pamela'', comienzo espectacular: coros azucarados y una instrumentación descomunal. ''You got me'', sintetizadores al poder, un tema muy Hi-Tech con mucho ritmo. ''Anna'' (muy propio del grupo las canciones con nombre de mujer), una de las grandes baladas del album, deliciosa, irresisitible y sobretodo de muy buen gusto. ''Stop loving you'', uno de los hits del disco, un clásico del AOR, teclados mágicos y un estribillo inolvidable... no se puede cantar mejor. ''Mushanga'', otra exhibición de estos genios, un tema maravilloso que puede recordar a ''Africa'', una de las canciones más conocidas del grupo, pero más lenta y menos comercial. ''Stay away'', otro tema soberbio con un riff potente y distorsionado de guitarra mezclado a la perfección con los teclados cristalinos de Paich y los coros femeninos del estribillo.

No puede ser; rebasamos la primera mitad del disco y Toto nos siguen sorprendiendo con auténticos hits que ya quisieran en su discografía grupos mucho más recordados. ''Straight for the heart'', más teclados mágicos y Joseph Williams haciendo maravillas con esa voz única y perfecta. ''Only the children'', riff ochentero y un estribillo muy pegadizo para acabar con un solo de puro sentimiento. ''A thousand years'', balada lenta, de las más flojitas del disco... pero da igual, sigue siendo muy buena. ''These chains'', otro tema lite con unos solos de auténtico buen gusto a cargo del maestro Lukather. Se acaba el disco y no lo podían concluir mejor: ''Home of the brave'', un tema con mucho sentimiento.

Un album sin desperdicio en absoluto, 11 auténticas exhibiciones de genialidad; puro caviar solo apto para los oídos más finos y los mejores y más exigentes gustos. Un disco que hay que escuchar varias veces antes de sacar conclusiones, para captar sus detalles y entender su contenido. Quién lo consiga, deseará escuchar más de esa voz, y deberá hacerse con el 'Fahrenheit', disco anterior del grupo donde también lo borda Joseph Williams. Luego tendrá que descubrir más melodías únicas con las mágicas notas de la guitarra de Lukather y la batería suave y brillante de Jeff Porcaro (que Dios lo tenga en la gloria), y recurrirá a alguno de los demás discos de la gran y espectacular discografía de Toto. Todos valen la pena, si bien este, The seventh one, está a un nivel más estelar y perfeccionista que el resto. Un 10 rotundo, pero de verdad, un 10 con lo que ello conlleva puntuar un disco: reconocer la perfección más absoluta.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Toto (1978), la primera de muchas alegrías


AÑO: 1978
ESTILO: AOR

A finales de los 70's se seguían asentando los cimientos de un nuevo estilo que tendría su máximo apogeo en los 80's: el AOR. Boston y Toto con sus debuts fueron en gran parte responsables de ello. El primer disco de Toto es un trabajo muy variado y completo, en el que ya se intuye la gran calidad de esta grupo, y en el encontramos desde sonidos que van del funky y soul, al rock/pop.

El comienzo es un buen tema instrumental en onda progresiva. Los ritmos setenteros del soul y el funky los encontramos en ''Georgy Porgy'' y ''You're the flower'', esta última con un gran solo de guitarra de Steve Lukather: tres buenos temas para completar un disco en el que las grandes canciones son otras...

''I'll supply the love'', un potente riff para un estribillo muy melódico y setentero; gran tema.

''Manuela run'', tremendo tema con David Paich a las voces y a las teclas; buenas melodías y un estribillo muy adictivo.

''Girl Goodbye'', más AOR de auténtico lujo; impresionante el solo de Lukather, como de costumbre.

''Rockmacker'', otro tema muy melódico... AOR setentero en su máxima expresión.

''Hold the line'', ¿que se puede decir de esta canción que no se sepa ya? Un clásico absoluto del rock en general; al igual que Sweet home Alabama, o Highway to hell, un tema conocidísimo tanto dentro como fuera del rock. La sensacional mezcla de teclas y el riff potente de guitarra, sumado a la mágica interpretación de Bobby Kimball, hacen de este, un tema imperecedero.

''Angela'', un tema oscuro pero mágico; la primera gran balada de la banda.

Y así acaba un extraordinario debut, al nivel de este enorme grupo. No es su mejor trabajo, evidentemente, pero gran disco de todas las maneras.


viernes, 9 de septiembre de 2011

Pride of Lions (2003), una bocanada de aire fresco para el AOR



AÑO: 2003
ESTILO: AOR

El mérito de Jim Peterik y Toby Hitchcock al publicar este proyecto de AOR, no solo reside en su calidad y buen hacer. También hay que valorar lo que un disco como este supone para un estilo que lleva casi veinte años moribundo. Si el AOR aún vive, es gracias a discos como el debut de Pride of Lions. Porque podrán salir más discos cada año, pero muy pocos de una calidad y renovación del género que les hagan dignos de estar al mismo nivel que los grandes clásicos. Y este sin duda, es uno de ellos.

Jim Peterik, fantástico compositor (su trabajo en Survivor le respalda sobradamente), y Toby Hitchcock (todo un nuevo descubrimiento gracias a este trabajo) lo bordan y ofrecen un trabajo redondo, elegante; temas que reúnen todo lo que se le puede pedir al AOR, y que recuerdan a los más grandes del estilo... influencias que van desde Survivor (como no...) a Toto, pasando por Journey o Foreigner. Teclados protagonistas, y la melódica voz de Toby, hacen posible ese sonido tan conseguido, que inevitablemente nos recuerda épocas mejores.

'It's criminal', 'Gone', 'Sound of home'... pocos discos de AOR de este siglo pueden presumir de temas como estos, llenos de melodía pero también de fuerza al mismo tiempo. Por supuesto no puede faltar el tema teclero lleno de vitalidad: ''Turn to me''. La totalmente 'Totiana' ''Love is on the rocks'', o la inspiradísima ''Music and me'', completan una selección de grandes canciones que hacen de este un disco casi perfecto. Las baladas, como no podía ser de otra forma, lo bordan: ''Interrupted melody'' y sobretodo la estremecedora ''The last safe place'', con una interpretación sublime de Toby Hitchcock.

Un disco imprescindible dentro del rock melódico, con grandes voces, sobresalientes arreglos y una instrumentación y producción de primera. Uno de los últimos grandes clásicos del género.


jueves, 14 de julio de 2011

Chicago - 19 (1988); AOR de bandera



AÑO: 1988
ESTILO: AOR

Consolidados ya como una de las más grandes bandas americanas, con una prolífica y exitosa discografía abarcando jazz y rock a partes iguales, y habiendo conseguido un estilo propio y característico, Chicago se abonó al soft rock y se acomodó durante los 80's en el AOR más comercial, rozando el Westcoast por momentos, para decepción de muchos de sus antiguos seguidores. En 1988, con Peter Cetera haciendo carrera en solitario, pero con unos talentosos Jason Scheff y Bill Champlin, Chicago publicó '19', para fortuna de los fans de la etapa más AOR del grupo, que ya se había consolidado con el anterior album de la banda (18). 19 no obtuvo ni el éxito ni el reconocimiento de los primeros discos del grupo, pero no deja de ser para muchos, sobretdo amantes del rock melódico y del AOR, un disco redondo, lleno de temas de bella factura y con una producción excelente a cargo de Ron Nevison (quién también produjo el posterior Twenty 1) y Chas Sandford (I-Ten).

Sin duda el disco no tiene desperdicio alguno: diez temas de AOR de auténtico lujo, pero con ese inconfundible sonido a Chicago, pues saxofón y trompetas tienen un papel importante durante toda la obra. Quizás para algunos haya exceso de baladas, pero casi todas son power ballads ejecutadas magistralmente para darles esa intensidad y sentimiento gracias a las interpretaciones de Scheff y Champlin y la inestimable colaboración de Dann Huff a las guitarras. También cobran protagonismo los teclados, que acercan al grupo a un sonido todavía más AOR, presente en practicamente todas las canciones.

Es el caso de ''Heart in pieces'', una magnífica versión del tema original de Tim Feehan de su disco Full contact publicado un año antes; inicio a capella, estribillo muy pegadizo y protagonismo de los teclados con las trompetas de fondo. A continuación, primera balada del disco, ''I Don't Wanna Live Without Your Love'', enorme tema a cargo de Diane Warren que va subiendo de ntensidad hasta estallar con el solo de guitarra: una de las mejores baladas de los 80's. Quizás la canción de menor calidad sea la tercera: ''I stand up'', un tema con ritmo, que casi pasaría por Hi-Tech y que desentona un poco en comparación con las demás. Sin embargo, el nivel de las dos primeras se recupera con grandiosas baladas como ''We Can Last Forever'' y la maravillosa y emotiva ''What Kind Of Man Would I Be?''.

Entre ambas, encontramos la pegadiza y elegante ''Come In From The Night'', y el gran éxito del álbum: ''Look away'', dulces teclados y perfectos coros para todo un clásico aorero que llegó al número uno en USA. En esa misma línea melódica se encuentra ''Runaround'', un soberbio medio tiempo en el que la trompeta y el trombón pierden protagonismo y se camuflan entre guitarras y teclados. 'You're not alone'' es tal vez el mejor tema de este trabajo; estribillo demoledor y una interpretación colosal de Champlin, redondeados con un desgarrador solo de guitarra. Cierra ''Victorious'', un lento de mucha calidad que puede recordar a Toto por momentos.

Está claro que con 19, Chicago no nos descubrieron nada nuevo ni innovador como hicieran a principios de los 70's; pero no por ello deja de ser un disco repleto de temas perfectos e inolvidables dentro del rock más melódico, y todo un clásico del género, que al menos un servidor da el lugar que cree que le corresponde: el de obra maestra.


domingo, 10 de julio de 2011

Arc of the dawn (2009), un disco a reivindicar

AÑO: 2009
ESTILO: AOR


Dare consolidaron un estilo propio que venía gestándose desde el Calm before the storm con el Belief, donde consiguieron un rock melódico con influencias celtas practicamente único. Después de eso 'Beneath the shining water' y este 'Arc of the dawn' han seguido el mismo camino, con un resultado siempre excepcional. Para algunos quizás pequen de repetitivos, pero siendo un estilo tan personal y difícil de encontrar en otro grupo, bienvenidos sean nuevos trabajos de Wharton y su banda, y más si son de la calidad de este trabajo. Infravalorado por contener 4 versiones, el disco es una gozada y contiene auténticas joyas que ya pueden figurar entre las mejores de su discografía... como 'Still waiting' o 'Shelter in the storm'. 'Dublin' y 'Follow the river' son temas algo más animados y de corte más rockero; a destacar tanto aquí como en el resto del disco, el trabajo de Richard Dews a las guitarras... solos muy inspirados y un sonido muy limpio. Las dos nuevas versiones de los clásicos del Out of the silence son impresionantes, especialmente la de King of spades, que para mi gusto mejora incluso la original, con la inclusión de flautas que hacen más estremecedor si cabe esta balada. Las otras dos versiones no se quedan atrás; 'Emerald' es sublime y tiene un solo de guitarra que pone los pelos de punta; 'The flame' por su parte, a diferencia de Emerald, es una versión practicamente calcada, tanto en tempo como instrumentación, y también está muy conseguida... es interesante escuchar este tema (una de las mejores baladas de los 80's) interpretada por Darren, quien tiene un registro muy diferente al de R. Zander. El disco cierra con tres temas también sobresalientes, especialmente el lento 'Circles' interpretado majestuosamente por Wharton. Puede que sea más de lo que nos ofrecieron con los dos anteriores discos, pero cuando se trata de algo tan especial, único y de tanta calidad como la música de Dare, bienvenido sea. DISCAZO.

domingo, 12 de junio de 2011

Los 80's en todo su esplendor: The Paul Godfrey Band




AÑO: 1988
ESTILO: Hard melódico/AOR


Aquí nos encontramos ante otra rareza de tantas que hay en el AOR. Un album practicamente imposible de conseguir, y del que hay muy poca información. Inmerecida esta situación, ya que es un auténtico discazo de principio a fin; de esos que te aseguran que si te gusta un tema, te gustará el disco entero. Sin duda un enorme descubrimiento de otra joya del AOR enterrada en el olvido total y absoluto, y que pasó desapercibida en su día.

Magic Touch se compone de 10 temas; practicamente en todo el disco canta una voz femenina (a pesar del nombre); Paul Godfrey solo participa en el primer tema, que es un dueto, y en el noveno, donde canta solamente él. Ambas voces son muy buenas y agradables, sobretodo la de ella. Voz suave, melódica y muy femenina, ideal para este AOR, que por momentos roza el Pop. Durante todo el disco, los riffs de guitarra y los solos marcan el límite entre AOR y pop; no hay niguna duda, esto es AOR 100%, y del más ochentero que podáis imaginar.

El disco empieza con Magic touch, un dueto con mucho ritmo y con estribillo pegadizo. Si algo caracteriza a este disco son los estribillos y la sobresaturación de teclados, como he dicho antes, ochentero a más no poder. A continuación, ''Only one'', uno de los mejores temas del disco y en la línea del siguiente: ''Love lies deep'', es decir, muchos teclados y estribillos comerciales. ''Never felt this way before'' tiene un comienzo genial con los teclados creando melodía, en este cobran importancia los coros, principalmente en el estribillo. ''Only have eyes for you'', ''Tonight'' y ''Can't Get My Mind Off Of You'', tres ejemplos más que siguen los mismos principios que los temas anteriores: todos tienen mucho gancho y ninguno defrauda. ''Too many lonely nights'' es otra de las destacadas, comienzo con riff 'potente' de guitarra, y estribillo donde las teclas y la voz se lucen. El penúltimo tema (''Wild ones'') es un baladón a piano con todo el sentimiento ochentero, en este canta Paul Godfrey, y lo borda. Para acabar, ''Hold on'', otro temazo lleno de ritmo con ese sonido tan 80's. Ningún tema desmerece; todos mantienen un nivel alto, donde los teclados son los protagonistas principales. Sin duda un GRAN DISCO


miércoles, 9 de marzo de 2011

AOR de altura: China Sky



AÑO: 1988
ESTILO: Hard melódico/AOR
Puntuación: 10/10


Hay discos que desgraciadamente pasan desapercibidos, y quedan olvidados y sepultados en el olvido. Seguramente este trabajo mereció mejor suerte, pero sea como sea, aquí lo recordamos. En plena fiebre Aorera, Bobby Ingram, guitarrista de Molly Hatchet (el mítico grupo de rock sureño) se apuntó a este proyecto con Richard Smith y Ron Perry; un album de AOR de auténtico lujo con buenos toques hard rockeros y un trabajo a las guitarras de Ingram colosal. La voz también es genial para el estilo: rasgada, con sentimiento y buenos agudos. También destacar los teclados que a pesar de no ser los protagonistas, tienen un papel importante en varias canciones.

''Turn on the ngiht'' es un gran comienzo, un tema con gancho, buenos guitarrazos y un estribillo comercial y pegadizo. ''The glory'' magnífico mediotiempo de puro AOR con el vocalista dandolo todo al final de la canción. ''Some kind of miracle'', uno de los grandes temas del disco, esos coros a capella del principio, genial solo de guitarra, buenos teclados y un estribillo muy melódico: temazo. ''Winner takes it all'', en la línea de la anterior, inconmensurable tema de AOR de primera clase.

Llegando casi al ecuador del disco nos topamos simplemente con una de las mejores baladas del rock. ''All the time'' lo tiene todo, teclados, un estribillo matador, sentimiento, garra, y la intensidad que va subiendo hasta estallar con el solo de guitarra y el vocalista dandolo todo acompañado por coros: maravillosa. Seguimos con ''Only the young'', otra de las grandes del disco, rápida, trepidante, con un estribillo muy AOR y con Ingram mostrando su repertorio a la guitarra. ''Reckless days'', el tema alegre del disco... riff setentero de guitarra, y un estribillo muy melódico. ''Lost in your love'' es la tapada de este trabajo, eclipsada por las otras baladas (''All the time'' y ''The alst romantic warrior'') no deja de ser un tema inmenso. ''Dancin on the edge'' potente riff para este buen tema rockero. Y para cerrar el disco, los China Sky nos tenían reservado una pieza increíble, inolvidable, una obra maestra de canción de 6 minutos con uno de los mejores solos de guitarra que podáis escuchar, un solo con todo el sentimiento posible; y título legendario: ''The Last Romantic Warrior''.

Baladones increíbles, AOR de mucho nivel, un guitarrista excepcional, sobresaliente producción... Sin duda un disco cerca del nivel de los más grandes del género; del nivel de Dare, Strangeways, Journey o Survivor. Para un servidor, un imprescindible dentro de su estilo.


viernes, 25 de febrero de 2011

Rock melódico para la medianoche: Jimmy Harnen - Can't fight the midnight




AÑO: 1989
ESTILO: Hard melódico/AOR
Puntuación: 10/10


En 1989 se publicaron algunos de los mejores discos de rock melódico y AOR, incluyendo trabajos de grupos consagrados. Quizás por eso este 'Can't fight the midnight' pasó sin pena ni gloria y quedó rápidamente olvidado. Solo el tema ''Where are you now?'', que ya había popularizado Jimmy Harnen con el grupo Synch, le proporcionó un breve interés de radios y seguidores del rock americano más comercial. A pesar de todo, en mi opinión, este disco es excelente y bien merece estar entre lo mejor de aquel mágico 89. La calidad está más que justificada, pues Harnen supo bien de quien rodearse; nombres como Michael Thomspon, Steve Lukather, Bill Champlin o Tommy Funderburk adornan, y de que manera, los créditos del album. Y también los temas, que gozan de una muy buena producción y un nivel muy alto.

Para empezar, el trabajo de Harnen a las voces es de sobresaliente; una gran voz con un timbre que puede recordar a Richard Marx, y que cumple las expectativas tanto en baladas como en temas rockeros, que no faltan en este trabajo. ''Hello'' lo confirma, rock americano de la época, estribillo alegre, buenos coros y afinados guitarrazos en onda Bryan Adams. ''When the midnight comes'', comienzo susurrante para acabar con un estribillo arrollador; uno de los mejores temas del disco.

Por supuesto, no faltan las baladas (faltaría más), y tenemos dos maravillosas en este Can't fight the midnight: ''If she cries'', melancólica, llena de sentimiento, voz rasgada acompañada de acústicas y piano... todo lo que se le puede pedir a una balada. La otra es ''Where are you now?'', como hemos dicho antes el gran éxito de Harnen, aunque curiosamente, no es tan buena como la anterior.

Con ''All those tears'' ya entramos en terreno muy melódico y el AOR se hace notar: muchos teclados para este gran tema. ''Little Nikki'' es genial, divertida, casi rock n rollera pero ''I don't mind'' no pasa de ser un buen tema aorero bien ejecutado. Grandes coros y acústicas para el medio tiempo ''No reason in the world'', que hará las delicias de los más sentimentales. Más rock americano de altura con ''Southern lady''': piano y guitarras se entremezclan para dejarnos este tema con gancho. La mejor canción de este trabajo llega con ''For all the wrong reasons'', AOR de lujo con teclados y saxofón de protagonistas. Para acabar, ''Boy in love'', más adult oriented rock de primer nivel.

Definitivamente se nota la participación de gente como Lukather o Champlin. Quizás no entre en los tops de mejores discos del estilo, pero no por mucha diferencia para mi gusto. Un disco extraordinario que no defraudará ni a seguidores del AOR ni a consumidores de rock melódico de calidad.



miércoles, 16 de febrero de 2011

Blue tears: Una máquina del tiempo con destino a los 80's


AÑO: 1990
ESTILO: Hard melódico/AOR
Puntuación: 10/10


Año del Señor 1990. El año fronterizo. Los 80's llegan a su fin y da comienzo una década muy diferente, en el que el panorama rockero cambia diametralmente. Cambia la mentalidad, los intereses... y las ventas de los grupos que llenaban estadios en los 80's caen en picado. Una nueva oleada, el grunge, se hace con el poder, y las atmósferas opresivas, la crudeza y la desafinación, sustituyen a la melodía, los estribillos coreables y los teclados. Ya no mola cantar sobre la chica de tus sueños, lo que mola tu grupo o las fiestas que te pegas; ahora lo que se lleva es el pesimismo, hablar de lo asqueroso que es el mundo y lo injusta que es la vida. Ante semejante panorama, muchos grupos se quedaron en la estacada; grupos que querían triunfar con el AOR y el hard melódico como bandera se encontraron con que habían llegado tarde, y los vientos del cambio se llevaron sus ideas para siempre. Muchos dejaron demos que han perdurado hasta verse publicadas años después en muchos casos... y otros aún tuvieron tiempo de publicar algún trabajo en esos primeros años convulsos de los noventa.

Es el caso de Blue Tears, un grupo americano que en 1990 nos dejó un auténtico clásico del AOR y el hard melódico. Influenciado claramente por Bon Jovi y Def Leppard, el disco que nos ocupa no tiene mucho que envidiar al de esos dos grandes grupos. Se podría hablar de la producción... pero ese detalle para muchos lo hace más mítico todavía; esa producción ochentera y no tan limpia como la de las grandes bandas. Ese sonido, la temática del disco y el estilo que manejaban nos traslada inequívocamente a la década dorada; todo aquí es ochentero, y así queda también reflejado en el vídeo del single que sacaron del primer tema. Sin duda, este es uno de esos trabajos, que vienen a decirnos que tiempos pasados fueron mejores.


El disco es de lo más completo, y mezcla temas más fiesteros y cañeros con baladas y canciones más cercanas al AOR. Teclados, guitarras afiladas, estribillos inolvidables y la voz rasgada de Gregg Fulkerson hacen el resto. Prueba de ello es el primer tema... ''Rockin with the radio''... mejor comienzo, imposible; fiestera, divertida... una canción irrepetible. Con ''Crush'' continúa ese rock fiestero, y esta si nos hace pensar inevitablemente en los coros y guitarrazos de los Def Leppard del 'Hysteria'. En cuanto a baladas, tampoco nos podemos quejar; tres baladones a cada cual mejor: ''Blue tears'', ''True romance'' y ''Halfway to heaven'', todas de un nivel altísimo y con ese feeling ochentero que ya no es posible imitar... especialmente ''Halfway to heaven'', que progresivamente va subiendo de intensidad hasta romperse con el solo de guitarra y la voz de Gregg dándolo todo; imprescindible. Para despedir el disco, un trueno en la noche, y uno de los mejores temas de hard melódico que se haya escuchado nunca: ''Thunder in the night'', estribillo legendario para un tema ideal para acabar cualquier noche veraniega. Inolvidable.



Gregg falleció en 2009, muy jóven y seguramente con muchas ilusiones e ideas. Pero su legado jamás será olvidado; aunque sus trabajos pasaran sin pena ni gloria en las listas de ventas, siempre habrá quien sepa apreciar su talento para crear temas capaces de traer tantos recuerdos y sensaciones. Este disco siempre tendrá un lugar especial dentro del rock melódico y el AOR. En 2005, también se publicaron temas grabados en la época que no pudieron publicar por falta de interés de las discográficas por la caída en picado del estilo; se recopilaron en dos discos que también son muy recomendables y tienen un buen puñado de grandes temas. Pero la magia se quedó aquí, en este disco de 1990, y después de muchos años, podemos seguir recordando y reviviendo sensaciones, como si de una máquina del tiempo se tratara... con la imaginación y darle al play, basta. Gracias Gregg.


viernes, 28 de enero de 2011

Infinidad mágica; una obra maestra de Robby Valentine



AÑO: 1993
ESTILO: AOR/Rock melódico
Puntuación: 10/10



Valentine voz, teclados
Rob Winter guitarra
Arthur Polini bajo
Hans Eijkenaar batería


TEMAS:

1. The Magic Infinity 4:54
2. Miss
You Eternally 4:57
3. Only Your Love 4:22
4. Angel Of My Heart 4:25
5. No Turning Back 4:23
6. The Reconciliation 1:26
7. Don´t Make Me Wait Forever 4:12
8. Wild Child 4:02
9. I Need Your Love 4:46
10. Help Me
Spell My Name 4:01
11. Mega-Man 6:24
12. Raise Your Hands 3:56


The magic infinity es el segundo trabajo en solitario del ex-Zinatra Robby Valentine. El cantante y multi-instrumentalista holandés había publicado dos años antes su grandioso debut y en este trabajo terminó de perfeccionar y consagrar un estilo propio muy difícil de encasillar y de imitar. Y es que, en este disco, encontramos desde medios tiempos de AOR hasta temas muy complejos y elaborados, donde coros y teclados grandilocuentes se mezclan con guitarras más cercanas al hard rock o incluso al metal. Por ello estamos ante un trabajo variado, en el que todas las canciones tienen el sello personal del genio holandés y en el que no sobra ni falta nada.

En el primer disco, ya encontramos ese gusto por las melodías, las voces agudas y los impredecibles cambios de ritmo. Las influencias de Queen también son perceptibles en algunos temas, especialmente en lo que a los coros se refiere, si bien los temas de Valentine, suelen ser más largos y de una estructura más elaborada que los de la mítica banda inglesa. La complejidad y originalidad también se hacen notar durante todo el disco, y con una producción sublime, Robby consigue crear unos ambientes y hacer uso de tal cantidad de elementos musicales, que su posición como uno de los grandes compositores del rock melódico es incuestionable. La mezcla de ritmos lentos con otros acelerados, además de un uso casi sobrehumano de las teclas, crean esos ambientes épicos y mágicos, al alcance de muy pocos.

Quizás el único pero que algunos le puedan poner sea la voz. Está claro que es en la faceta que menos destaca, pues no tiene una voz potente ni un registro demasiado amplio; no obstante, para el estilo que practica, cumple a la perfección e incluso puede lucirse en algunos momentos. Respaldado por los elaborados coros presentes en casi todos los temas, compensa sus carencias con el sentimiento que imprime su voz casi aniñada y con agudos imposibles para muchos.

El disco arranca con su tema homónimo, ''The magic infinity'', un comienzo inmejorable que anuncia que estamos ante algo especial. Esos gritos del comienzo dan paso a un riff muy potente y metalizado que acompañan a Robby hasta el estribillo, donde la velocidad y distorsión son sustituidas por melodías lentas y coros muy agudos. El tema se rompe con un solo de guitarra endiablado que acaba dejando paso de nuevo al estribillo; como hemos dicho antes, el comienzo no podía ser más prometedor.

''Miss you eternally'' es una continuación radicalmente diferente: baladón a piano que va subiendo progresivamente de intensidad y en el que Valentine realiza una interpretación sensacional y muy melancólica; una balada muy 'Valentine' que puede recordar al gran éxito de su primer disco (''Over and over again''). Con ''Only your love'' entramos de lleno en el AOR; sublime medio tiempo con un estribillo pegadizo, coros angelicales y protagonismo absoluto de los teclados. ''Angel of my heart'' destaca por las acústicas y el acompañamiento vocal; de nuevo una interpretación sensacional del cantante holandés.

Llegamos a uno de los grandes temas del disco y quizás de la discografía de Valentine, ''No turning back''. Un comienzo muy Queen deja paso a unos coros grandiosos y a un estribillo arrollador. Como el arquitecto barroco que buscaba transmitir sensaciones con la opulencia y los cambios repentinos de formas, Robby consigue sorprender con los cambios bruscos de ritmo, pasando de ambientes lentos a otros delirantes cargados de coros y teclados. Un tema mágico que define muy bien a Valentine.

''The Reconciliation'' es un buen preámbulo de poco más de un minuto para ''Don't make me wait forever'', una inconmensurable balada en la línea de ''Miss You Eternally'', pero más profunda e intensa si cabe. El tema, después de un inicio lento a piano, se rompe a mitad y estalla con el solo de guitarra y los agudos de Robby. Sin duda una balada desgarradora que no deja indiferente a nadie. Cambiamos de estilo y volvemos al puro AOR 'Valentiniano' con ''Wild child''; teclados cristalinos, estribillo muy pegadizo, coros angelicales y un gran solo de guitarra. ''I need your love'' es otro tema trepidante con una primera mitad muy hard-AOR, interrumpida repentinamente por unos poderosos teclados y un demoledor solo de guitarra. Otra balada a piano con ''Help Me Spell My Name''; gran interpretación de Robby, y es que es en este tipo de temas donde se encuentra como pez en el agua.

Para acabar, dos grandes temas: ''Mega-man'', con un curioso comienzo protagonizado por gaitas, seguido de un riff heavy de guitarra y sorprendentes coros; y ''Raise your hands'' otra maravillosa y épica balada para cerrar el disco a lo grande.

En resumen... una obra maestra solo al alcance de un genio como Robby Valentine; un disco variado, con una producción excelente y de un estilo único e inimitable. Recomendado especialmente a seguidores del AOR, hard rock, rock melódico o simplemente de la buena música. Un disco único e irrepetible.

miércoles, 26 de enero de 2011

Un disco especial: 'Belief', embrujo galés


AÑO: 2001

ESTILO: AOR/Rock melódico

Puntuación: 10/10


Hay discos especiales, que desde que los descubres quedan ligados a tí de una u otra manera; discos que con total seguridad te acompañarán el resto de tus días, y formarán parte de la banda sonora de tu vida, tanto en los buenos como en los malos momentos. Trabajos que escuchas cada X tiempo y siguen produciendo las mismas emociones que la primera vez.


Para mí ''Belief'' es uno de ellos. Ojalá tuviera alguna anécdota divertida o curiosa para contar como lo descubrí... pero no; ni me lo regaló alguien especial, ni lo compré al azar andando sin rumbo fijo en alguna tienda de discos, ni nada parecido. Ya conocía a la banda formada por el que fuera durante un tiempo tecladista de los míticos Thin Lizzy, Darren Wharton. Como buen seguidor del AOR, me gustaba su primer y aclamado disco ''Out of the silence'', y disfrutaba con las 'Abandon' y 'Heartbreaker' de turno, pero no había ahondado mucho más en la discografía de los galeses. Hasta que me hice con ''Belief'' del 2001.


No podía imaginar lo que venía a continuación de darle al play. Igual que cuando ves por primera vez El golpe; o cuando lees Los miserables y te metes de lleno en la trama... o, mejor aún, cuando entras en la Alhambra y vas recorriendo sus salas y patios en un soleado día de primavera. Algo así es la sensación que me embargó cuando empezaron a sonar las olas en el comienzo de la primera canción del disco. Enseguida me vino a la mente la portada del disco, y ese paisaje tan característico de tierras británicas detrás del grupo. Una escucha me bastó para colocar a ''Belief'' como uno de mis discos de cabecera, en gran parte gracias a su accesibilidad, y sobretodo, su propuesta original y, al menos por mí, nunca antes escuchada... una mezcla de rock melódico con arreglos e influencias de música celta, todo ello con un buen gusto exquisíto y una producción sobresaliente.


Pero no voy a entrar en detalles técnicos, ni datos innecesarios; ese tipo de críticas se las voy a dejar a otros. Yo voy a hablar por mí, y de lo que este disco representa para mí, pues creo que no hay verdades absolutas ni objetividad real en esto de la música. Por eso digo con total libertad y tranquilidad que la primera mitad de este disco es de lo mejor que he escuchado nunca. Con la poderosa, pero a la vez tan emotiva ''Silent thunder'', que sube de intensidad hasta sentir ese trueno en el corazón como dice la propia canción. O la hermosa ''Dreams on fire'', en la que las melodías celtas te transportan a otras tierras y paisajes. Y es que, el contenido sentimental presente en este trabajo es tremendo, y muy logrado gracias a esas influencias celtas sumadas a los teclados siempre presentes en el grupo, y la casi susurrante voz de Wharton... de ahí la emotividad del medio tiempo 'White horses' o la intensidad alcanzada en el tema homónimo gracias también a la inclusión de una voz femenina en la segunda mitad del mismo. La más AORera pero no menos genial, 'Run wild, run free' nos da paso a dos de los mejores temas del album: ''We were friends'', que es más grande que la vida. Ese suave rumor de las olas que abre el tema y que da paso a la gaita, poderosa pero tan sensible a la vez; pocos inicios de canciones son tan emotivos como ese. Y luego la guitarra, que releva a la gaita, con un solo lento, lleno de sentimiento y con las olas todavía de fondo. ¿Después? Darren por supuesto, casi susurrando, con esa voz tan especial, tan inimitable, tan expresiva.

''There were times... we could never say no
there were times... the cold wind will blow
And I wonder... where you are tonight?
Do you ever really think about the times, I believed in you''



Triste, muy triste. Por la letra, por la manera de cantar de Darren, por el acompañamiento tan exquisito y melódico; algo tiene la canción que escucharla en un momento de bajón anímico puede ser letal. Y luego el in crescendo con el ''We were friends, but how we soon forget...'', a la vez que estalla un acompañamiento vocal femenino, tan bien utilizado por Darren en varios temas de este disco. Vaya voz también, junto a la de Darren forman un dúo insuperable en sentimiento... y luego el clímax del tema con la reaparición de la gaita, con más fuerza que antes. Después empieza a morir la canción, con Darren susurrando ''We were friends''; y con uno totalmente embobado, con la mirada perdida y apenas capaz de darle a Repetir canción. Una vez escuchada varias veces, dejas que siga el disco... y lo que viene no se queda atrás... 'Falling', otro temazo que va aumentando de intensidad hasta la explosión de melodía y sentimiento con el solo de guitarra... sin duda, otro tema espectacular, y además protagonista de una escucha especial personal. Porque hay escuchas especiales también, esas en las que disfrutas como nunca el tema en cuestión. La mía de 'Falling' fue en una fría madrugada de otoño, volviendo solo a casa al borde de las 5 de la mañana, caminando por las calles totalmente exentas de gente y de coches, con la única compañía del frío, la luz de las farolas y la voz de Darren cantando ''...and I can't forget those summer days together... and this city streets are colder now you are gone''.


Podría seguir describiendo los otros temas del disco, pero creo que me perdería en vanas descripciones y anécdotas. Con decir que son tan buenas como las ya nombradas supongo que basta. Hacía tiempo que no escuchaba ''Belief''... pero como todos esos discos especiales para uno, cada escucha te hace descubrir nuevos detalles y nuevas sensaciones y emociones, según cada momento. Por eso, pase una semana, o un mes, o un año de la última escucha, ese trueno silencioso siempre me toca el alma; y estoy seguro de que será uno de los discos que me acompañe el resto de mi vida.